La sopa de cebolla, es una receta de cocina típicamente francesa. Es bastante fácil de hacer y, como todo lo que suelen hacer los franceses en esto de la cocina, es muy sabrosa. Juegan con el dulzor de la cebolla mezclada con los sabores del queso gratinado y con un buen caldo casero.
Pelamos y cortamos la cebolla en tiras finas, después en una sartén, echamos un chorro de aceite y la manteca.
Calentamos a fuego suave, hasta que se derrita la manteca y se integre al aceite.
Una vez hecho añadimos la cebolla, salpimentamos y dejamos cocinar, removiendo de vez en cuando unos 10 minutos, hasta que quede blandita.
Ahora añadimos la harina y la removemos mientras se va cocinando, para eliminar su sabor a crudo, esta harina le dará un poquito de cuerpo a la sopa de cebolla.
Dejamos cocinar 3 minutos y después añadimos el vino blanco, dejar cocinar 2 minutos más para que evapore el alcohol.
Añadimos el caldo caliente, removemos durante dos minutos para eliminar posibles grumos y dejamos cocinar a fuego medio durante unos 15 minutos más.
No subas mucho el fuego porque al llevar harina, podría irse al fondo y quemarse.
Para terminar, colocamos la sopa de cebolla en cuencos individuales, deben ser resistentes al horno.
Les ponemos una rebanada de pan del día anterior encima y encima del pan, el queso y, al horno a 200ºC, hasta que se haya gratinado bien.
Por Lorena
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