Las paltas que se usan son las chiquititas, que son más sabrosas que las grandes y obvio más caras, pero también puede hacerse con paltas grandes. El guacamole debe ser ni muy aceitoso, ni muy acuoso, ni muy ácido, ni muy licuado, ni muy picante. Tomar el punto justo te va a llevar el tiempo de conocerlo.
Poner en un bol la cebolla, el tomate y el cilantro, mezclar un poquito.
Agregar la palta y empezar a pisarla sobre el tomate y la cebolla de modo que queden áreas cremosas y algunos pedacitos enteros blando sin pisar que lo van a hacer chunky es decir que vengas comiendo y de golpe te encuentres con un pedacito para masticar, lo que lo hace mucho mas rico y sorprendente en vez de que sea una simple crema.
Ni se te ocurra usar la minipimer.
Ir agregando el aceite de a poquito y mezclar, lo mismo agregar de a poco el limón o lima, ir probando para que no quede muy ácido.
Agregar sal, probar y nivelar si le falta más lima, sal o aceite, antes de servir el guacamole ponerle por arriba, sin mezclar, un chorro de tabasco.
Por Lorena
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