Vamos a hacer unas croquetas de pollo, cremositas y bien ricas, en este caso, las haremos con las sobras de un pollo asado pero, se puede hacer con las sobras de un caldo o con unas pechugas troceadas y salteadas previamente. Sus orígenes, como muchos de los platos que tenemos en la actualidad, se lo debemos a los franceses.
Comenzamos a mezclar en una olla la crema, la leche, la carcasa del pollo sin la carne (la cual reservamos cortada fina) y un poco de jugo del asado o del caldo si lo tienes, calentar sin que llegue a hervir.
Mientras se va calentando la mezcla, en otra olla alta, ponemos la manteca o el aceite de oliva, añadimos la cebolla picada muy fina y la dejamos cocinar al menos, durante 10 minutos.
Después añadimos la harina (a la mezcla de una grasa y harina, se le llama roux), y a fuego suave removemos durante un par de minutos para quitarle el sabor a crudo de la harina.
Ahora, echamos el pollo picado muy fino y acto seguido, un cucharon de le leche con la crema y movemos enérgicamente con una cuchara de madera, siempre a fuego suave.
Cuando se haya integrado la leche en la mezcla, volvemos a echar otro cucharón, y así sucesivamente hasta que hayamos echado toda la leche.
Dejamos cocer durante 10 minutos más, sin dejar de remover.
Ahora, apagamos el fuego, dejamos que la salsa se temple y,cuando se haya enfriado, la tapamos y la dejamos reposar en la heladera, al menos durante 6 horas (Si es una noche entera, mejor).
Es hora de dar forma a nuestras croquetas de pollo, les damos forma con las manos o con dos cucharas, cuanto pequeñas las hagamos, más sabrosas nos quedarán pero,el tamaño es opcional.
Las pasamos por huevo batido, pan rallado,terminamos de darle la forma con las manos y las freímos con abundante aceite, a fuego fuerte.
Por Lorena
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