La tortilla de papas ha sido y será la reina de mil y una reuniones con familia y amigos. Sin entrar en la controversia de si con cebolla o sin ella, nos ponemos el delantal y la hacemos con, pero si no te gusta basta con no añadirla, va a quedar igualmente estupenda.
Comenzamos pelando la cebolla en juliana.
La freímos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva, sacamos y reservamos.
Pelamos las papas y las cortamos en láminas.
En la misma sartén en la que hemos frito la cebolla, añadimos un poquito más de aceite de oliva y freímos las papas.
Cuando estén casi hechas, añadimos la cebolla de nuevo, mezclamos bien y dejamos freír juntas unos minutos.
Sacamos, escurrimos el aceite sobrante y las ponemos en un bol amplio.
Colocamos los huevos en un bol y los batimos ligeramente con un tenedor, los añadimos a las papas y la cebolla frita y mezclamos bien.
Agregamos, también, una pizca de sal.
En una sartén que no se pegue, ponemos unas gotitas de aceite, distribuimos bien por la base y llevamos al fuego (no muy alto para evitar que se queme por fuera y esté cruda por dentro).
Cuando esté caliente, añadimos la mezcla de papas, cebolla y huevo.
Agitamos de vez en cuando la sartén con suavidad para que no se pegue la tortilla a la base, pasados unos minutos, retiramos del fuego y con ayuda de un plato damos la vuelta a la tortilla y volvemos a poner en el fuego por el otro lado.
Si fuera necesario, volteamos una vez más hasta que esté bien hecha en el centro.
Por Lorena
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