El conejo es una de las carnes que apenas tiene grasa, lo cual la convierte en una de las carnes más saludables que existen, el punto débil de esta carne es que puede llegar a resultar algo insípida, pero eso tiene fácil solución, seremos un poco más generosos a la hora de echar sal. Además, también echaremos vino blanco, pimienta negra recién molida y hierbas aromáticas.
Comenzamos cortando el conejo y cada pata trasera de forma individual, luego el tronco en trozos de dos dedos de grosor, finalmente, las patas delanteras, que son más pequeñas que las traseras, puedes dejarlas junto al tronco o cortarlas también de forma individual y la cabeza, la desechamos.
Pelamos las papas y las cortamos en rodajas de medio centímetro de grosor más o menos.
Salpimentamos tanto las papas como el conejo y después ponemos las papas como base en una fuente de horno.
Encima colocamos el conejo y bañamos todo generosamente con un chorro de vino blanco, el cual puedes sustituir por agua, espolvoreamos todo con abundante tomillo y romero en especia y mojamos cada pieza de conejo con aceite de oliva.
Metemos al horno que, previamente debe estar calentado a unos 220ºC.
Pasado alrededor de 20-25 minutos, cuando esté dorado, dar la vuelta a cada pieza de conejo, si en algún momento ves que se queda seco el fondo de la fuente, añade un poco de agua para que quede bien jugoso y que nunca se quede seco.
Dejar cocinar 25 minutos.
Por Lorena
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