El risotto a la milanesa, tan propio de Milán como su propio nombre indica, es un plato de arroz muy original por su color pues, a diferencia del resto de recetas de arroz, esta lleva azafrán, lo cuál le da un color más característico.
El risotto a la milanesa, tan propio de Milán como su propio nombre indica, es un plato de arroz muy original por su color pues, a diferencia del resto de recetas de arroz, esta lleva azafrán, lo cuál le da un color más característico.
Para hacer este risotto milanesa tienes que empezar pelando las cebolletas y lavándolas para reducir su efecto lacrimógeno, en cuanto estén, pícalas en trozos muy pequeños y haz lo mismo con los dientes de ajo.
Luego, poner una sartén al fuego con un poco de aceite y sofríe ahí ambos ingredientes con un poco de sal.
Mientras esperas a que tomen el color adecuado, lo cual solo les llevará cinco minutos, lava los espárragos y córtalos en tres partes, luego, ponlos en otra sartén con un poco de aceite, déjalos ahí cinco minutos.
Si las cebolletas y los ajos ya están, añade a esa sartén el vino blanco y sube el fuego al máximo para que se evapore el alcohol, solo tiene que estar al máximo dos minutos, luego puedes bajar la potencia del fuego.
En la sartén donde tienes los espárragos tienes que echar ahora el arroz, darle un par de vueltas durante dos minutos y después volcar todo el contenido de la sartén en la otra, donde tienes el vino.
Remuévelo ahora todo bien, añade el agua y la manteca y sigue removiendo.
El arroz necesita unos veinte minutos para estar listo y es muy importante que no dejes de mover, solo así se consigue esa textura tan cremosa propia del risotto.
Cuando haya transcurrido este tiempo, añade el queso parmesano poco a poco, el azafrán y la sal y sigue removiendo durante cinco minutos más.
Después, tu risotto a la milanesa estará listo.
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